La noticia de la aparición de los concejales departamentales, en la junta, para volver a sesionar, causó indignación en una gran parte del pueblo chaqueño. Todavía la ciudadanía no se recupera, de la vergüenza, que causó la difusión, cuando los ediles, fueron filmados y gravados, cuando supuestamente estaban condicionando el monto y la forma de pago, al ex gobernador Oscar Ñoño Nuñez, para que sea aprobado su ejecución presupuestaria, ejercicio fiscal 2012.
La gente que vio estos hechos, bajó la cabeza indignado, esperando que el tiempo transcurra más aprisa y nuevamente depositar su escuálida fe, en los nuevos concejales recientemente electos y soñar que el nuevo inquilino, sea mas honesto, mas humilde y por sobre todo, que sea más abierto con su pueblo.
Hoy, al aparecer nuevamente estos ediles imputados y por sobre todo manchados por la angurria, soberbia y corrupción, se instala nuevamente en la ciudadanía, la desilusión y el temor.
"Desilusión del pueblo" hacia sus representantes, porque sencillamente la junta departamental, se convirtió en un antro de corrupción, digna de escenarios romanos, donde los publicanos, hacían festín con el dinero del pueblo, acompañados de damiselas, en largas noches carnestolendas. Mientras que el pueblo, luchaba por sobrevivir, rogando e implorando, caminos de todo tiempo, medicamentos, mejor atención a la salud, mayor inversión en la educación, justicia en la distribución de las becas y mejor manejo de los recursos.
"Temor del pueblo", porque la cuestión política, predomina sobre lo jurídico y de esta forma, los representantes del pueblo roban, saquean, estafan y salen impunes de cualquier imputación. Hoy día pareciera que ya es "normal" que los delincuentes no rindan cuentas a la justicia, del robo abierto y escandaloso que hacen contra el patrimonio del estado, contra el futuro de los niños, contra el desarrollo del departamento, debido a que existen padrinos políticos, que tienen mayor poder, sobre fiscales, jueces, ministros y otros entes.
Como están las cosas, a nadie pareciera interesarle lo que pasa en su pueblo, debido a que no hay señales de justicia. Al contrario, ya nadie se anima a enfrentar a estos supuestos ladrones de guantes blancos, por que no hay justicia. Quizás esto sea uno de los motivos, por la cual, la ciudadanía está anestesiada, aletargada y adormilada...como si no le importara nada....Como diría un amigo liberal..! Ha mbaé la tanto !
Hoy, al aparecer nuevamente estos ediles imputados y por sobre todo manchados por la angurria, soberbia y corrupción, se instala nuevamente en la ciudadanía, la desilusión y el temor.
"Desilusión del pueblo" hacia sus representantes, porque sencillamente la junta departamental, se convirtió en un antro de corrupción, digna de escenarios romanos, donde los publicanos, hacían festín con el dinero del pueblo, acompañados de damiselas, en largas noches carnestolendas. Mientras que el pueblo, luchaba por sobrevivir, rogando e implorando, caminos de todo tiempo, medicamentos, mejor atención a la salud, mayor inversión en la educación, justicia en la distribución de las becas y mejor manejo de los recursos.
"Temor del pueblo", porque la cuestión política, predomina sobre lo jurídico y de esta forma, los representantes del pueblo roban, saquean, estafan y salen impunes de cualquier imputación. Hoy día pareciera que ya es "normal" que los delincuentes no rindan cuentas a la justicia, del robo abierto y escandaloso que hacen contra el patrimonio del estado, contra el futuro de los niños, contra el desarrollo del departamento, debido a que existen padrinos políticos, que tienen mayor poder, sobre fiscales, jueces, ministros y otros entes.
Como están las cosas, a nadie pareciera interesarle lo que pasa en su pueblo, debido a que no hay señales de justicia. Al contrario, ya nadie se anima a enfrentar a estos supuestos ladrones de guantes blancos, por que no hay justicia. Quizás esto sea uno de los motivos, por la cual, la ciudadanía está anestesiada, aletargada y adormilada...como si no le importara nada....Como diría un amigo liberal..! Ha mbaé la tanto !